viernes, 11 de diciembre de 2009

De Uyuni a Potosí, Bolivia

Luego de terminar de desayunar, me dirigí hacia la caverna para terminar de preparar las cosas. Ese día, justo ese día, no sé bien por qué, el viento, que siempre había soplado de oeste a este, lo estaba haciendo en sentido contrario. O sea, lo tenía en contra... algo con lo cual no contaba luego de haber pedaleado en sentido contrario con el viento en contra. Por suerte, hacia el mediodía, el viento ya estaba de mi lado y soplaba justamente hacia adonde me dirigía.

Almorcé en el hotel de sal. El hotel estaba cerrado debido a las elecciones que se estaban llevando a cabo ese domingo. Cuando había terminado de comer ví, que se acercaban un par de bicicletas. Cuando observo un poco mejor qué era lo que se estaba acercando, me doy cuenta que era un grupo de 6 alemanes que venían en 3 bicis tándem. Una de las bicicletas era de las normales, las otras dos, eran unas bicicletas que tenían un sistema raro: el que iba pedaleando adelante, lo hacía sentado, casi reclinado, y quien iba pedaleando detrás, iba en la posición normal de pedaleo. Luego me explicaron que eso facilitaba la comunicación entre los coclistas, dado que quien iba detrás, tenía la cabeza de quien iba adelante, justo abajo de la suya. Se quedaron un rato charlando y me brindaron información sobre la ruta que podía llegar a tomar rumbo norte. Cuando se fueron, seguí camino hacia Uyuni.

En Uyuni me quedé 1 día para descansar. Recorrí el mercado del lugar, probé las comidas del lugar y limpié la bici.

Preparado con todo lo necesario, partí luego del día de descanso hacia Potosí. Pensé que el camino iba a ser bastante complicado, pero que al cabo de 3 o 4 días iba a poder llegar: los primeros 12 km me hicieron desistir de cualquier intento de llegar a Potosí en bicicleta. El motivo de ello fué que llevaba demasiado peso. Si bien las subidas no eran sencillas, dada la cantidad de equipaje, lo que más me impedía avanzar era la pérdida de equilibrio producto de la gran cantidad de peso que llevaba atrás. Desde ya que el ripio hacía su parte.

Opté por llegar a Potosí ese día, pero en bus, así que tomé un micrito en el siguiente pueblito. Luego de probar algunas de las opciones culinarias callejeras de la ciudad, busqué un hostel y me retiré a descansar.

Al día siguiente no hice más que dar un paseo a la tarde por el centro de la ciudad. Allí encontré a un par de artesanos que había cruzado en Tilcara y en La Quiaca. Nos quedamos charlando y conocí a otra pareja de artesanos que habían viajado en bicicleta un buen trecho de su viaje. Me contaron que se estaban dirigiendo hacia el sur y que habían vendido las bicis una vez que llegaron a La Paz. Ese día también ví que daban una película que se llama "El regalo de la Pachamama". Cuando se hizo la hora fuí hacia el cine. La película contaba la vida de una familia que vivía en el salar de Uyuni, y que hacía lo que ellos denominaban "caravanas". Estas caravanas eran viajes que los habitantes realizaban con llamas cargadas de bloques de sal. Duraban meses y el objetivo era llevarles la sal a los pueblos más lejanos y realizar un trueque. Estuvo muy buena porque me hizo recordar los días que anduve por el salar.

El día siguiente estuve descansando también. Salí a caminar por la ciudad a la tarde, a hablar con algunos artesanos y personajes del lugar, y me anoté en el tour de las minas del día siguiente.

Hoy entonces, por la mañana, estuve recorriendo las minas. Fue algo muy divertido. Nos disfrazamos de mineros chetos, ya que luego descubrí que los verdaderos mineros no usan pantalones y camperas amarillas, sino que usan cualquier ropa. En la mina, nos contaba el guía, nos debíamos hacer a un lado no bien escuchemos un carrito acercarse. El motivo de ello, es que la mina que visitamos está en plena actividad y por ello debíamos tener cuidado. Anduvimos parados en algunos tramos, agachados, super agachados, arrastrándonos, y trepando escaleras y túneles por otros tramos. Hablamos con varios mineros y cuando les decía que era argentino, me decían "entonces vení a ayudarnos a empujar este vagón". Unos capos. Luego del tour volvimos a la agencia.

La idea es quedarme en Potosí un tiempo más mientras veo qué cosas saco del equipaje. Desde aquí definitivamente continúo en bici. Hoy fui a una "casa de ciclista" y luego de ver todas las personas que pasaron por Bolivia en bici, no es posible que no lo pueda hacer, así que en breve andaré por los ripios bolivianos.

Eso creo que es todo por el momento. Estuve subiendo un par de fotos más, así que dense una vuelta.

Muchas gracias por los mails y los mensajes!
Un abrazo!

7 comentarios:

  1. Bueno, hoy sí que perfectamente al día.

    Vibrante relato, atención a la cantidad de veces qeu escribiste la palabra "rayo" en el primer párrafo de la entrada anterior. Para cuando salga el libro del viaje, habrá que rever ese párrafo.

    Abrazo a la distancia amigo!

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  2. DAMI!!!
    Estamos en Tinogasta leyendo con apasionado suspenso tus crónicas.
    Obvio que surgen comentarios del tipo: "Este pibe no vuelve", o en la parte de la cueva también se dijo "lo va a atacar un zorro" o "¿Cómo carajo hizo para tener agua caliente para el mate en el medio del salar?". Y se aplaudió o se cantaron estrofas de la marcha peronista en lso momentos de más emoción.
    Pero queremos en este momento dejar asentada la queja. Entramos con mucho entusiasmo queriendo ver las fotos de los alemanes en las bicis dobles y observamso con bronca y resignación que tus fotos no llegan a Bolivia.
    Esperando se revierta rápidamente esta situación, te mandamos muchos saludos.
    Jachi y todos los pibes que están al rededor.

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  3. Dami!
    Sigo los relatos de tu viaje como si leyera una novela de aventuras. ¡Qué maravilloso todo lo que debés estar experimentando!
    Los paisajes son sublimes...
    Bueno, ¿qué más podría agregar? Seguí subiendo los relatos, que los disfruto mucho. En particular, tenés un muy buen estilo para narrar, así que el gusto es doble.
    En cuanto al resto, seguí pedaleando con ganas y fuerzas para esos momentos de agotamiento físico total.

    (Me quedé atónito con la anécdota del rayo.)

    Un abrazo grande!

    Mariano.-

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  4. Tios dicen...
    Queremos creer que te estáis refiriendo a los rayos que arman las ruedas de tu bici, pues de lo contrario oremos para que mal rayo siempre caiga lejos.
    Muy emotivos tus relatos Dami. Por si te interesa, te decimos que ya no compramos el diario. Nos deleitamos con tus historias y de paso ahorramos algo de dinero...
    Y para cuando algo de romance?..
    Dale Dami. Ponele una nota de color y sabor a la historia... ¿O acaso los culebrones son únicamente mexicanos?
    Contate algo de las "bolivianas" (no precisamente de las que orpimis durante el pedaleo).
    Hasta pronto Dami. Te queremos mucho...
    Cuidate en todos los ordenes,especialmente de los rayos y de las rayas.
    ¿Cuales rayas?
    Que se yo. Algunas
    Besos
    Rositel

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  5. DALE LOCO CONTA CON QUE MINUSHA ANDAS NO TE HAGAS EL LOGÍ!!!
    CON UNA CHOLITA ACASO?
    DALE PORQUE TE HACKEAMOS EL BLOG EHHHH

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  6. Dam!
    Quería agregar que además de no poder creer la travesía que has realizado por el salar, y corroborar (e ir comprendiendo) que tu alma y la bicicleta estan unidas por un estar en el mundo muy particular, al momento de leer la crónica a cerca del comentario del minero boliviano, estalle de emoción y todos me dijieron radicalizada como siempre, la belleza de un pueblo que lucha es indescriptible!
    abrazos muchos
    ine

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  7. dami q loko estar en esa caverna y con todo esa isla alrededor, se veia increible,

    de solo ver todo eso me agarraban cosas en la pansa, increible,

    q siga con todo el viaje, con todo la libertad !

    demi

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